Consolidando puentes para la convivencia: el
recorrido de CEPPA durante 2001
Building bridges for coexistence: CEPPA's
journey in 2001
Nikole Céspedes Garita[1]
Resumen
La Fundación CEPPA consolidó
en 2001 su labor con familias, comunidades educativas y centros penitenciarios.
Desarrolló procesos formativos para padres, docentes y personas privadas de
libertad, ampliando su presencia territorial y fortaleciendo vínculos
institucionales. Además, dedicó espacios a la actualización y cohesión de su
equipo de facilitadoras. Fue un año marcado por la diversificación de
poblaciones atendidas, el fortalecimiento interno y la profundización del
compromiso con la educación para la paz.
Abstract
In 2001, the CEPPA
Foundation consolidated its work with families, educational communities, and
prisons. It developed training programs for parents, teachers, and prisoners,
expanding its territorial presence and strengthening institutional ties. It
also dedicated time to updating and strengthening the cohesion of its team of
facilitators. It was a year marked by the diversification of the populations
served, internal strengthening, and a deepening commitment to education for
peace.
Consolidando
puentes para la convivencia: el recorrido de CEPPA durante 2001
El año 2001 representó para
la Fundación CEPPA un período de consolidación estratégica, marcado por la
expansión de sus procesos formativos y el fortalecimiento de alianzas con
diversos sectores sociales. La organización profundizó su compromiso con
familias, comunidades educativas y centros penitenciarios, reafirmando su
vocación de servicio y su apuesta por la transformación a través de la
educación para la paz.
Uno de
los primeros hitos del año se desarrolló en el CEI Los Yoses, donde se llevó a
cabo un proceso formativo dirigido a padres y madres de familia. Esta
iniciativa subrayó la relevancia del rol parental en la educación emocional,
social y académica de las niñas y los niños, promoviendo una participación más
activa y consciente de las familias en la formación integral. Con ello, CEPPA
reforzó la idea de que la cultura de paz comienza en el hogar y se proyecta
hacia la comunidad.
El
trabajo en centros penitenciarios también ocupó un lugar central en la agenda
institucional. Del 3 al 5 de mayo, la facilitadora Nancy Maldonado lideró un
proceso formativo en el CAI Gerardo Rodríguez, reafirmando la presencia de la
Fundación en espacios de privación de libertad. Estas intervenciones, basadas
en la reflexión personal y en el fortalecimiento de habilidades de convivencia,
buscaron contribuir a la reinserción social mediante cambios actitudinales y la
construcción de nuevas herramientas para la vida cotidiana. La sesión realizada
posteriormente, el 29 de noviembre, en el CAI Virilla, reafirmó este compromiso
sostenido con poblaciones en condiciones de especial vulnerabilidad.
El
fortalecimiento de la relación con instituciones educativas también marcó el
avance del año. Entre el 6 y el 11 de agosto, CEPPA llevó a cabo un proyecto
significativo en la Escuela Victoriano Mena, en Hojancha, Guanacaste. Esta
intervención permitió apoyar al cuerpo docente y a la comunidad educativa en
procesos de formación y acompañamiento, ampliando la presencia territorial de
la Fundación y estableciendo vínculos que se retomarán en años posteriores.
Además,
la organización dedicó un espacio clave para la formación interna del equipo de
facilitadoras. Del 7 al 9 de septiembre, en la sede de Barrio Escalante, se
realizó un encuentro especializado orientado a la actualización metodológica,
la planificación de procesos, el fortalecimiento de la comunicación y el
trabajo colaborativo. Estas jornadas internas resultaron esenciales para asegurar
la calidad, coherencia y sostenibilidad del acompañamiento brindado en los
distintos territorios.
En conjunto, los acontecimientos de 2001 evidencian un año orientado a la diversificación de las poblaciones atendidas, al fortalecimiento de las capacidades internas y al afianzamiento de relaciones con instituciones educativas y penitenciarias. La Fundación CEPPA consolidó así su propósito de promover transformaciones positivas en distintos entornos, reafirmando que la educación para la paz requiere presencia, continuidad y compromiso con quienes más la necesitan.
[1] Nikole
Céspedes Garita, Estudiante de Bachillerato en Ciencias de la Educación
Preescolar, Universidad Americana, San José, Costa Rica.
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