Expansión, comunidad y compromiso: La huella de
CEPPA en el año 2000
Expansion, community, and commitment: CEPPA's
footprint in the year 2000
Nikole Céspedes Garita[1]
Resumen
En el año 2000, CEPPA vivió
una etapa de expansión territorial y fortalecimiento de alianzas comunitarias e
institucionales. Desde capacitaciones tempranas en Escazú hasta procesos
continuos en Barrio Escalante, Belén y Tejarcillos, la Fundación consolidó su
presencia mediante acompañamiento cercano y formación en habilidades para la
convivencia pacífica. Además, extendió su labor a zonas rurales como Nandayure,
capacitando a funcionarios públicos. Este año marcó un crecimiento
significativo que sentó bases sólidas para el desarrollo de futuros proyectos.
Abstract
In 2000, CEPPA underwent a
period of territorial expansion and strengthened its community and
institutional alliances. From early training sessions in Escazú to ongoing
processes in Barrio Escalante, Belén, and Tejarcillos, the Foundation
consolidated its presence through close support and training in skills for
peaceful coexistence. It also extended its work to rural areas such as Nandayure,
training public officials. This year marked significant growth that laid a
solid foundation for the development of future projects.
Expansión,
comunidad y compromiso: La huella de CEPPA en el año 2000
El año 2000 representó para
la Fundación CEPPA un periodo de dinamismo institucional y expansión
territorial que puso de manifiesto la solidez de su compromiso con la educación
para la paz y la transformación social. Desde los primeros días del año, la
Fundación asumió un ritmo de trabajo que evidenció no solo constancia
operativa, sino una clara apuesta por acercar sus metodologías de formación a
comunidades e instituciones en distintos puntos del país. El primer hito
ocurrió el 1 y 2 de enero en Nuestra Señora del Pilar, en Escazú, donde las
facilitadoras Celina García y Janice Hawkings lideraron un proceso inaugural
que simbolizó el espíritu de servicio que ha caracterizado a la organización.
La apertura, inusual para una fecha en que la mayoría de instituciones
permanecen cerradas, generó una respuesta positiva que permitió ampliar las
oportunidades de trabajo en la zona durante los meses posteriores.
La labor formativa continuó
con intensidad en Barrio Escalante, sede central de la Fundación, donde entre
el 16 y el 28 de marzo se desarrolló un proceso sostenido dirigido a diversos
grupos de la comunidad. Las sesiones distribuidas en varias jornadas (complementadas
con reuniones específicas los días 15, 25 de marzo y 1 de abril) reflejaron el
enfoque de CEPPA en brindar acompañamiento adaptado a las necesidades
particulares de cada población. Este trabajo articulado fortaleció la presencia
institucional en la capital y permitió profundizar las relaciones con actores
comunitarios y organizacionales del entorno.
De manera paralela, CEPPA
amplió su alcance hacia Belén de Heredia, donde se llevaron a cabo actividades
orientadas a la reflexión, la prevención de conflictos y el desarrollo de
habilidades socioemocionales. Esta incursión territorial consolidó a la
Fundación como un aliado estratégico para instituciones educativas y
comunitarias que buscaban fortalecer sus capacidades internas en materia de
convivencia pacífica.
Uno de los procesos más
significativos del año tuvo lugar en Tejarcillos de Alajuelita, donde, entre el
2 y el 30 de septiembre, se trabajó de forma continua con docentes de educación
primaria. La metodología implementada, basada en el acompañamiento cercano y la
orientación práctica, brindó al cuerpo docente herramientas para promover la
resolución pacífica de conflictos y mejorar el clima escolar. Este esfuerzo
demostró la importancia de la continuidad pedagógica para el desarrollo de
competencias sostenibles en contextos educativos.
Asimismo, la presencia de
CEPPA se extendió hasta Nandayure, en Guanacaste, donde, entre el 25 y el 17 de
septiembre, se llevó a cabo una capacitación dirigida a funcionarios de la Caja
Costarricense del Seguro Social (CCSS). Esta acción reafirmó el compromiso
institucional con fortalecer capacidades en instituciones públicas,
particularmente en regiones rurales que históricamente han tenido menor acceso
a procesos de formación especializada.
En síntesis, el año 2000 estuvo marcado por una estrategia de expansión territorial, consolidación de alianzas y diversificación de públicos atendidos. Las acciones desarrolladas no solo ampliaron el alcance geográfico de la Fundación, sino que sentaron bases sólidas para los proyectos y colaboraciones que surgirían en los años siguientes. Se trata de un capítulo que evidencia cómo la constancia, la proximidad y la articulación comunitaria continúan siendo pilares esenciales en la misión de CEPPA.
[1] Nikole
Céspedes Garita, Estudiante de Bachillerato en Ciencias de la Educación
Preescolar, Universidad Americana, San José, Costa Rica.

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