Rutas de paz: el recorrido formativo de CEPPA
durante 1998
Paths to Peace: CEPPA's educational journey
during 1998
Nikole Céspedes Garita[1]
Resumen
En 1998, la Fundación CEPPA
vivió un año de expansión territorial y consolidación institucional, llevando
procesos formativos a diversas regiones del país. Docentes, orientadores,
profesionales de la salud, líderes comunitarios y estudiantes participaron en
talleres enfocados en comunicación, resolución de conflictos, desarrollo
socioemocional y promoción de valores para la convivencia pacífica. Desde Limón
hasta Guanacaste y el Pacífico Central, cada intervención fortaleció el
compromiso con una educación transformadora. El año cerró con un impacto
positivo, reafirmando el rol de CEPPA como promotora de una cultura de paz en
Costa Rica.
Abstract
In 1998, the CEPPA
Foundation experienced a year of territorial expansion and institutional
consolidation, bringing training processes to various regions of the country.
Teachers, counselors, health professionals, community leaders, and students
participated in workshops focused on communication, conflict resolution,
social-emotional development, and the promotion of values for peaceful
coexistence. From Limón to Guanacaste and the Central Pacific, each
intervention strengthened the commitment to transformative education. The year
ended on a positive note, reaffirming CEPPA's role as a promoter of a culture
of peace in Costa Rica.
Rutas de paz:
el recorrido formativo de CEPPA durante 1998
El año 1998 marcó un punto
de inflexión en el crecimiento y proyección nacional de la Fundación CEPPA.
Este período se distinguió por una expansión territorial significativa, por la
consolidación de sus programas formativos y por el fortalecimiento de su misión
educativa en diversas comunidades costarricenses. Desde regiones urbanas hasta
zonas rurales, y desde el Caribe hasta el Pacífico, la organización profundizó
su compromiso con el desarrollo humano, la convivencia pacífica y la formación
de líderes capaces de promover una cultura de paz en sus entornos cotidianos.
Las
primeras intervenciones del año tuvieron lugar en la región Caribe, donde CEPPA
desplegó un trabajo particularmente intenso. En el Centro Pastoral Nuestra
Señora del Mar, en Limón, se desarrollaron jornadas formativas dirigidas a
educadores de religión, bajo la facilitación de Celina García, Nancy Maldonado
y Patrick Connolly. Estos encuentros integraron metodologías basadas en la
empatía, la cooperación y el respeto, favoreciendo la reflexión sobre la
vocación docente y el rol de la educación como motor de transformación social.
Del 23 al 25 de marzo, el esfuerzo se amplió con capacitaciones dirigidas a
orientadores de la zona, guiadas por Ana Pardo y Ángela Allen. Este proceso
fortaleció las competencias en comunicación asertiva, manejo de conflictos y
bienestar emocional, generando espacios de confianza para el intercambio
profesional y la creación de estrategias que fortalecieran la convivencia
escolar.
En
junio, la labor se trasladó al Valle Central, específicamente al cantón de
Curridabat, donde se desarrolló un proceso formativo con la comunidad educativa
de la Escuela Internacional de la Paz en Pinares. Bajo la guía de Eduardo de la
Cruz y Nancy Maldonado, las sesiones convocaron a maestros y padres de familia
en un ejercicio de colaboración orientado a promover el desarrollo
socioemocional, el trabajo conjunto entre escuela y familia, y la práctica
cotidiana de valores fundamentales para la cultura de paz.
Paralelamente,
CEPPA fortaleció su articulación con el sector salud desde su sede en Barrio
Escalante, San José. Funcionarios del Hospital México participaron en un
programa de formación facilitado por Nancy Almeida, Norma Vargas y Xenia
Castro, enfocado en inteligencia emocional, empatía en la atención al paciente
y comunicación efectiva entre equipos. Esta intervención reforzó el valor de
las relaciones humanas en el ámbito hospitalario y la importancia de una
atención centrada en la dignidad y el bienestar de las personas.
El
trabajo comunitario también ocupó un lugar central en 1998. En Pavas, las mujeres
participantes del programa PROFAC se beneficiaron de un proceso formativo
desarrollado entre el 15 de julio y el 12 de agosto. A través del Programa
Básico de Cultura de Paz, se promovió el liderazgo, la autoestima y la
autogestión, destacando el papel crucial de las mujeres como agentes de cambio
en sus comunidades y en la vida familiar. La región Caribe volvió a ser
escenario de actividades en julio, cuando educadores de inglés y religión
participaron en talleres facilitados por Lara Walker y Marcia Anglarill en el
Centro Pastoral Reina María del Mar. Estas sesiones reforzaron la importancia
del crecimiento personal, la comunicación positiva y la integración de valores
de paz en la enseñanza.
En la
zona norte, CEPPA desarrolló encuentros con docentes del Colegio Santa Ana de
Liberia, Guanacaste, del 6 al 8 de agosto. Las jornadas, orientadas a la
reflexión y al intercambio profesional, reafirmaron el rol del docente como
promotor de la paz y del cambio social en las aulas. Una labor similar se llevó
a cabo en Quepos, en la región Pacífico Central, donde las facilitadoras Lorena
Miranda y Nancy Almeida convocaron a líderes locales en talleres sobre
cooperación comunitaria, comunicación efectiva y trabajo en equipo, reforzando
la cohesión social y fortaleciendo las redes comunitarias.
Dentro
del ámbito profesional, el trabajo con el Colegio de Enfermeras de Costa Rica,
facilitado por Celina García, Graciela Chavarría y Astrid Villamil, profundizó
en el cuidado integral, la empatía y el equilibrio emocional como pilares para
quienes ejercen labores de servicio. Estas actividades subrayaron la necesidad
de fortalecer el bienestar de quienes cuidan de otros, como componente esencial
de la cultura de paz.
El
segundo semestre del año también estuvo marcado por una presencia activa en
instituciones educativas. En el Hotel Diria de Santa Cruz, la facilitadora
Vilma Valverde impartió talleres orientados al fortalecimiento de habilidades
sociales y comunicativas. Asimismo, del 10 al 12 de septiembre, se
desarrollaron jornadas educativas en la Escuela Santa Ana de Liberia con la
participación de las facilitadoras Celina García y la misma Valverde,
promoviendo el diálogo y la resolución pacífica de conflictos en la comunidad
escolar. La Fundación también llevó su mensaje de inclusión a la Escuela
Neuropsiquiátrica, donde se enfatizó la comprensión y el respeto hacia
poblaciones con necesidades educativas especiales. Finalmente, el 11 de diciembre,
la Escuela Ulloa en Barreal de Heredia recibió un taller dirigido a estudiantes
de sexto grado, facilitado por Natasha Grunberg y su equipo, centrado en la
autoestima, los valores y la convivencia positiva mediante dinámicas lúdicas y
reflexivas.
En conjunto, todas estas actividades reflejaron la esencia del quehacer de CEPPA: una apuesta por la educación transformadora, basada en valores, centrada en el ser humano y orientada a construir relaciones más justas y solidarias. El cierre de 1998 dejó un balance altamente positivo, con la participación activa de docentes, profesionales, orientadores, líderes comunitarios y estudiantes de diversas regiones del país. La expansión territorial, la diversificación de los programas y la consolidación metodológica evidenciaron el compromiso sostenido de la Fundación CEPPA con la construcción de una cultura de paz en Costa Rica, sembrando en cada persona la convicción de que la paz es un aprendizaje posible, cotidiano y compartido.
[1] Nikole
Céspedes Garita, Estudiante de Bachillerato en Ciencias de la Educación
Preescolar, Universidad Americana, San José, Costa Rica.

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